No, no os voy a hablar de la peli del Almodóvar, sino de otra peli de género tragicómico interpretada por miles de niñatos cada vez que un matrimonio madurito aparece en escena. Éste matrimonio es agradable, simpático, educado y, rondan los seteintaytantos cada uno. El matrimonio es invitado a los grandes eventos deportivos donde ocupa un lugar de honor, el mejor sitio del palco y donde todo el mundo se pone de pie cuando ellos pasan. Y cuando suena el himno nacional del país al que representan (muy bien por cierto) y ellos se ponen de pie, una gran parte de espectadores rebuznan cual asnos reumáticos con la intención de jorobar al matrimonio mayor.
Desde luego que hay que tener mala educación; qué falta de respeto hacia unos señores que representan una monarquía que lleva reinando desde 1700 con Felipe V. Mejor o peor. Unos bien (Carlos III) y otros mal, muy mal (Carlos IV y Fernando VII).
Nadie les pide al coro de gorrinos vociferante que apoyen a la monarquía. Ni que la comprendan. Sólo que tengan respeto por las personas mayores, por un matrimonio serio, educado que hace su trabajo lo mejor que sabe y puede. Que tienen hijos y nietos a los que quieren y pretenden ser dignos, buenos modelos que puedan emular. Pero estos cerdos de dos patas sólo respetan sus símbolos, nunca los de los demás. Porque eso sí, la Senyera y el aizkolari corta troncos que nadie se los toque que ma-tan. Como la belencita por su hija. El aurresku hay que observarlo callado, con respeto y cara de circunstancias. Tres cuartos de lo mismo con Els Segadors. Tradición antigua, rancio abolengo, dignísima. Todo menos el himno de España. Con Laporta y Anasagasti riéndose por dentro, contentos de pastorear un rebaño manso, dócil y obediente.
Y me pregunto para qué coño se presentan a estos torneos que luego tanto critican. Si saben de antemano que se llama Copa del Rey, sea de fútbol o de baloncesto, y que va a ser el rey en persona el que va a entregar el trofeo. Que jueguen la Copa Catalunya contra el Mollerusa o la Copa Euskadiku Eskerra contra el Barakaldo. Seguro que ganan siempre. Verán que emoción, qué competencia. Y que les entregue el trofeo el honorable president. Pero no, ellos se presentan voluntariamente a un torneo y luego chiflan como cabreros para expresar su enojo. ¿Se puede ser más hipócrita?.
Sólo he escuchado a Pachi López y a Basagoiti defender a los abueletes. Sobre todo el gran Pachi, que aparte de estar haciendo un gran trabajo de reconciliación, ha dicho que es una tremenda falta de educación. El resto, ni mú. Ni tirios ni troyanos. No vaya a ser que los tilden de fachas por proteger la monarquía. Perderían votos. Ya se sabe (menos Garzón) que Franco está muerto pero su fantasma sobrevuela sobre la piel de toro. Hay que parecer muuuuuuyyyy republicano, que es el antípoda de Franco.
Luego la prensa amiga, dándole coba a los maleducados, riéndole las gracietas, aupándose al carro del progresismo. Los mismos que criticaban a Aznar por responder a un grupito de gamberros, les ríen las gracias a los que no sólo sacaban un dedo corazón, sino dos, uno por mano. Sé que mucha gente comprende, se "solidariza" con los júligans. Qué se han creído los reyes, esos fascistas que van de gañote a todos lados. El problema de España es la monarquía, que no nos deja arrancar. Si no tuviéramos monarquía, estaríamos arriba del todo en el PIB mundial.
Como nadie les para los pies, estos cochinos se vienen arriba. Cada vez son más osados. Pronto será en Galicia, en Baleares, en Andalucía tal vez. Porque maleducados y analfabetos los hay en todos lados. Queman banderas, muñecos y quedan impunes. Claro, la ley está hecha por políticos y estos ya sabemos de qué palo van.
Luego cuando llueve nos acordamos de Santa Bárbara y nos tienen que salvar el culo. Como en el 23-F. O cuando hace falta un pacto de partidos y el rey tiene que dar la cara para que se la partan. O para mandar callar al orangután Chávez o arreglar desaguisados del ministro de turno.
Yo no sentía pena por la vieja España cuando los escuchaba rebuznar, sentía pena por dos abueletes agradables que han tenido la desgracia de ser reyes en España.
Y repito, no hace falta ser monárquico para respetar a estos señores, sino sólo biennacido.
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