OPINIONES Y CULOS II

Abundando en el asunto de las nucleares, hoy escuchando el fabuloso pograma del gran Carlos Herrera, han entrevistado al alcalde de un pueblecito castellano que se ha ofrecido a alojar los residuos nucleares (no me he quedado con el nombre del pueblo). Es un pueblecito de apenas 200 habitantes y consideran que es una gran oportunidad para su pueblo por la sencilla razón de que atraerá inversiones y, por tanto, mony. Mucho mony para un pueblo de esas dimensiones que serviría para hacer un poco de todo y sobre todo para que los jóvenes no se tengan que ir lo que a la larga conllevaría a la muerte del pueblo.

Pero hete aquí que ayer domingo se presenta una horda de cientos de ecologistas de fuera del pueblo con pancartas en contra de las nucleares: nuclear no, gracias, flower power, etc. Llegan en sus 4x4, contaminando a tutiplén, pintarrajean todas las paredes y señales de tráfico del pueblo con sus grafitis, se manifiestan con altavoces, ruido, tambores por las calles del pueblo, a la vez que lo dejan todo perdido de bolsas, envoltorios, papel de plata, etc. y se largan. Satisfechos consigo mismos. Qué guays somos maripili. Sí Agustínito, qué cools, es que estos catetos de pueblo no saben lo que les conviene. Tenemos que venir nosotros de la capital para enseñarles a los pobrecitos. .

Estos son los ecologistas que tenemos. Odiadores profesionales, soldaditos de la gestapo, incultos cuyos libros de cabecera (si los tienen, cosa que dudo) son gurús del buen rollito como Saramago y Coelho. Simples con mucho odio que repartir y que no aceptan opiniones en contra. Un tsunami imparable, una carretera de sentido único que atropella a todo el que se le ponga por delante.

Hay más ejemplos, no se alarmen: los antitaurinos antiespañoles independentistas de todo a cien, los que le joden a los cazadores la jornada(qué pensará el pobre de Miguel Delibes, cazador y ecologista number 1), los agentes de la SS que pintan los comercios donde no se habla catalán (¿os suena de algo?, primero se empieza señalando los comercios, luego a los propietarios, después se les rapa la cabeza y se les pone en un gueto).

Había que escuchar al alcalde esta mañana. La desazón, la pena tan grande que tenía. Lo primero que dijo es que tanto él como el teniente de alcalde se iban a poner a borrar los mamarrachos grafiteros. Con estropajo y agua. Porque en ese pueblo no hay equipos de limpieza, ni agua a presión ni nada por el estilo. El presupuesto no da para tanto. Luego sacó un resto de orgullo y dijo que iban a luchar a muerte por alojar los residuos le pese a quien le pese. Porque es algo bueno para su pueblo. Y a mí me entraron ganas de darle un abrazo.