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Tuesday, January 04, 2011

COSTUMBRES


Es propio de países cuyo intelecto común es bajo, cuya cultura de todos los ciudadanos que lo conforman está yerma como el desierto de Tabernas, cuyo conocimiento general se asemeja al encefalograma plano de un comatoso, es propio, decía, la de a la par que se olvida, se desprecia la secular cultura tradicional se abraza, se recibe con algarabía cualquier otro tipo de manifestación foránea sin ni siquiera pedirle el pasaporte ni cachearlo al entrar en nuestro país. Algo parecido a lo que pasó en "Bienvenido Mr Marshall" cuando el alcalde y todos los ciudadanos recibían a los americanos con pancartas y con discurso de agradecimiento.
Hay muchos casos, ejemplos que le hacen a uno ruborizarse de la estupidez circundante; voy a cumplir 35 tacos y hasta hace unos 15 años no había escuchado nada de Halloween aparte de en las pelis yankies. Hoy día, cada primero de noviembre, juraría que se celebra aquí más la dichosa fiestecita que en Massachussets. Todo está inundado de dichosos niños y niñas disfrazados a lo siniestro y con unos modales para echar la pota. Los críos españoles de menos de 15 tacos creen firmemente que es algo tradicional, tan español como el jamón serrano. Lógico, si lo han mamado desde pequeñitos. Aunque detesto esta fiesta en España por ser tan poco afín a nuestras costumbres para el 1º de Noviembre, comprendo a los empresarios que hacen una pasta con la dichosa fiestecita: tiendas de disfraces y bares/discotecas sobre todo. Yo, con no ir, tengo bastante. Lo que me jode, es que en los colegios públicos, pagados entre todos, se anime, se incite a los padres a que lleven a sus niños disfrazados de cuervos, con la aquiescencia de los padres y la organización de la junta escolar. O sea, desde los sitios desde donde se debería enseñar a nuestros hijos la tradición de toda la vida, se les enseña una importada, siniestra, con cierto tufillo a agresividad ( esos niñatos chulillos amenazadores con el "truco o trato") fiesta que, digo yo que para Connecticut estará de puta madre, pero para El Albaicín , por ejemplo, no le veo yo mucho sentido. Suena a facha, dirán mis lectores, ese enroque en la tradición y desprecio por lo foráneo, lo nuevo. Pero no es el caso. Creo firmemente que cada país debe enseñar sus propias costumbres seculares a los niños y que, una vez adultos, éstos elijan lo que más les pete. Pero lo de marginar lo nuestro para abrazar lo foráneo, ya digo que me parece más de estúpidos que de tolerantes. Recuerdo que hace unos años, una estudiante yanky muy airada le preguntó a mi mujer un 4 de Julio por qué diantres no se celebraba en España su día nacional. Cuando me lo contó, me quedé estupefacto ante la osadía de la interfecta, pero a este paso, lo celebraremos pronto y con más ganas que ellos.
Ojo, y no echarle la culpa a los americanos,eh? Al contrario, es un éxitazo suyo el exportar su "way of life" e introducirlo en países incultos y acomplejados como el nuestro.
La bonita tradición de ir a llevar flores a los muertos se ha quedado para los viejos, porque los jóvenes están durmiendo la mona. Porque mira que es bonito y tierno el acordarse de los que no están entre nosotros, adecentar la tumba y depositar un ramo de flores. Pero claro, eso está ligado al catolicismo, tan mal visto hoy en día y que hay que denigrar como sea.
De Santa Claus, qué les voy a contar que no sepan. Cuando era chaval, se oía hablar de él pero era como un pariente lejano, pobre, de los Reyes Magos. Ahora, el primo se ha hecho un nuevo rico y es omnipresente. Éste sujeto me importa menos, vamos que me la trae floja, pero aún así me parecen más simpáticos, humildes los tres Reyes Magos de Oriente.
En definitiva, ya dije una vez que los países son como personas, y si una persona sin memoria de su infancia es un ser perdido, y lo que es peor, sin futuro, presto a caer en las garras de cualquier infamia, a un país desmemoriado le ocurre lo mismo.
Si no me creen, vean el estado de nuestro patrimonio histórico; castillos, torres almenaras, campos de batalla, derruidos, olvidados desde hace siglos es fiel reflejo del interés que despiertan en España.

1 comment:

Natalia Pastor said...

Se pierde la memoria de lo que fuimos, de nuestro pasado y ancestros, de nuestras costumbres y vivencias y se sustutuyen por otras importadas e impostadas, falsas como euros de madera, producto del snobismo o de la estupidez hasta el punto de dejarse en el camino el hilo de Ariadna.