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Friday, December 11, 2009

UNA HISTORIA CUALQUIERA


Pago un dinero al mes para que me linchen a hostias. ¿Estúpido, verdad?¿Masoquista? un taco. La verdad es que nunca he sido muy listo, sólo curioso, y por eso me meto en estos embrollos.
El caso es que desde hace tiempo tenía en mente apuntarme a algún gimnasio para practicar defensa personal y hete aquí que el mes pasado me decidí. Full contact lo llaman. Como era novato en esto le pedí al monitor probar una clase para ver de qué iba la cosa. Probé y me gustó: abdominales, flexiones, golpear tanto al saco como a la manopla de un compi con los guantes de boxeo enfundados. Todo muy del estilo de la mili: no hay dolor, aguanta, el último en llegar 2 min. haciendo flexiones, etc. Un poco de disciplina no me vendrá mal, pensé. Me tengo que endurecer porque estoy hecho un blandengue y en esta vida hay mucho colgao suelto. Chachi. Echamos unas risas entre la fauna que allí había y me largué a casa con la sensación de que me había gustado y que por qué no seguir. Total, a la vez que haces ejercicio, aprendes unas cuantas técnicas de defensa y ataque por si algún día hay que partirle la cara a alguien. Nunca está de más saber defenderse uno mismo y a tu parienta.
El caso es que un mes y pico después sigo en la brecha rodeado de todos los colgados del pueblo recibiendo (y dando) más hostias que un cura. Soy el pureta del grupo; lógico si se tiene en cuenta que todos andan entre los 18 y 20 años, incluido el entrenador. Precisamente hay uno que el otro día estaba invitando a los compis a su cumple y yo ingenuo le pregunté:¿cuántos te caen, 30? a lo cual me respondió: no, 23. Me quedé con cara de tonto y no tuve más remedio que reconocer que soy un pureta porque voy camino de los 34. Todos se partían de risa.
Uno de los más jóvenes se nota que ha visto muchas películas de Jacki Chan y siempre me dice: "pégame, dame fuerte" y yo le digo que me da cosa (mido como 20 cm y peso como 40 kg más que él) a lo que responde:"no importa, que me tengo que endurecer".
Al del cumple se le nota que le gustan los cigarritos de la risa, y un día de luna llena que fuimos a la playa a correr (por el medio del pueblo estorbando el tráfico infernal del mismo) espetó:"buena noche pa recoger paquetes". Huelga decir de qué son los paquetes, ¿no?.
Otro es un taco de bruto: todo en él recuerda a pueblo: su cara, su lenguaje, muy limitado (no supo diferenciar entre derecha e izquierda) y su cuerpo, bajo y regordete, pero pega unas patadas el muy cabrón de aúpa. Aunque mide 20 cm menos que yo me alcanza a la jeta fácilmente mientras yo no soy capaz de llegarle a la suya.
Hay un negro que va poco pero pega que da miedo, y también varios moros. El negro (al que llaman irónicamente moreno) dice que éste gimnasio es blandito, que uno que él iba en el políngano (ignoro cuál) si que era duro, allí había que pelearte con todos para ganarte un respeto.
Por haber hay incluso chicas, aunque van a su rollo, porque con lo bestias que somos los tíos, cualquiera se atreve. Yo las entiendo, porque Dios no lo quiera, pero si topan con un maltratador machista, por lo menos sabrán endiñarle una patada en los huevos.
Pero el peor es el monitor; de verdad que no te gustaría tener problemas con él. Tendrá como 1,90, fibroso, y te da 20 hostias y patadas antes de que te des cuenta. A pesar de lo joven que es, ha estado en China (creo que en Shaolin) perfeccionando sus habilidades, y además es maestro también en Kárate, Taekwondo , y no sé que leches más. Y además es serio que te cagas. Maduro para su edad. Seguro de sí mismo. Joder, acojona el muy cabrón. Cuando enseña una técnica y me coge de sparring, ante mi cara de canguelo me dice"no te preocupes que no voy a dar", pero da, el muy cabrón da en la napia, o en la cara, flojito para él, pero para los demás mortales duele. Y yo disimulo con que no me duele porque mi prestigio está en juego. A mi edad con estas estupideces todavía. Patético.

3 comments:

Uno más. said...

Buena noche, Danicurri.

Ha sido un gustazo descubrirte. Me he bebido de un sorbo tu Blog y me supo a poco.Quiero más. Ahora ya soy uno más de tus millones de lectores.

Me ha gustado mucho los temas que tocas y tu forma de escribir.Me has hecho reir a veces y pensar otras. Espero que sigas colgando cositas.

Cordial saludo.

danicurri said...

gracias por los halagos Uno más, me gusta que te guste mi diario de a bordo...por cierto, eres mi primer lector aparte de mi mujer y mis colegas.
Un saludo

Uno más. said...

Uy, que honor. En serio.Bueno,supongo que sólo seré el primero quizás en romper el hielo. Aunque asumo mi responsabilidad. El boca a boca con lengua es importante aunque yo no tengo Facebook, ni blog, ni páginas con marcadores, ni cosas así. Sólo tengo frío, hambre, sueño y miedo.Por la vieja.

Oye, a la parien y a los coleguitas los elige uno, a los lectores no.Qué misteriosa sensación tiene que ser esa.Algo así como el correo de los antiguos Danicurri. Cuando Cortés y toda la colla que andaban por donde no se ponía el sol, mandaban esos rollos con noticias y novedades al otro lado del mundo, sin saber si llegarían, cómo o cúando y a qué manos.Esa incertidumbre.

No tengo ningún motivo para hacerte sentirte orgulloso de tu primer lector. Tan sólo, y por si te sirve de algo, para mí es la primera vez que escribo a un desconocido para decirle que me gusta lo que dice y como lo dice.Aunque una vez, confieso, le pedí un autógrafo a Chiquete. Me firmó en una de esas libretas de las de dos rayas y dos líneas.

Estaba dentro de la folloneta de las giras internacionales y le desperté de la mona dándole porrazos a la puerta a las 4 de la tarde de un mes de Julio. Esa cara sí que nunca se olvida. Y si tu coleguita ese que cuando va a Lisboa aún le da relepús al recuerdo del menda aquel de los bultos, a mi me pasa algo parecido cuando escuho ¨no me riñas, no me riñas...que puedes despertar a nuestras 4 niñas..¨ Yo era por aquel entonces como el Alfalfa y su banda.

Años mas tarde, se me encumbró borrascosamente el mito cuando durante un botellón lo vi pasar por delante de mis ojos, dando cambayás por medio de la carretera, fue la noche de Sábado de la boda de la hija del Camarón.Con media camisa por fuera, melena de león indomable,baso de tubo vacío en la mano y desorientado quizás por la luz de los coches que lo esquivaban. Todo un cuadro.

Pero ponte en mi lugar. Y qué sentirías tú si hubiera sido Johnny Cash el que hubieras visto pasar. Pues lo mismo que si te dijeran;¨Amigacho, eres mi primer lector¨.

Navío Uno Más, á el ancla en la Bahía de Gibraltar.