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Sunday, November 22, 2009

El patio trasero de Europa



Qué mal cuerpo se me ha quedado esta mañana por culpa a medias de un artículo del gran columnista Pérez Reverte y de mi curiosidad malsana por las guerras, la muerte y el dolor humano en todas sus variantes.
El artículo en cuestión va del cámara de TVE Márquez, que rodó muchísimas escenas de la guerra de la antigua Yugoslavia, en una de las cuales da cuenta Reverte como testigo ocular de los hechos. Un croata con un bazooka intenta destruir un tanque serbio, en Vukovar en el 91, me parece.
A partir de ahí entra en liza mi natural masoquismo que puedo satisfacer con internet: Pérez Reverte en un vídeo de 10 min. para TVE (parece ser el programa Informe Semanal) junto con los combatientes croatas, armados con armamento ligero enfrentándose a la poderosa maquinaria serbia (tanques, aviones, etc.), muertos en directo, sangre a porrillo, mujeres llorando, gritando, el acojonante sonido de la guerra (metralletas, bazokazos, morteros, etc.), el éxodo de miles de croatas ante la tenaza serbia sobre Vukovar; luego más vídeos, croatas, en inglés, espeluznante, descorazonador, y todo a cien km de Italia, de la Europa unida.
No soy un experto en esa guerra, ni mucho menos, aunque algo sé: tras la 2ª Guerra Mundial, Tito consiguió unir lo que una vez fue frontera entre dos imperios: el Austrohúngaro y el Turco.
Tito consiguió mantener las diferentes etnias y religiones en una relativa calma, en paz, lo cual no es poco, pero cuando en los 80 la palmó, llegó el tiempo de los nacionalismos, de Milosevic por parte Serbia, de Tudzman por parte croata, y el Adolfito serbio, Milosevic, tenía planes para su Gran Serbia, que se oponía a la desmembración de Yugoslavia, quería acaparar bajo su paraguas a todas las naciones limítrofes con el uso de las armas. Sometió a una limpieza étnica a los musulmanes (los descendientes de los turcos) por ser eso, musulmanes, y se fue apoderando de Croacia primero y luego de Bosnia.
Grandes ciudades fueron cayendo, Zagreb, Dubrovnik, Vukovar, Sarajevo, y con ellas cientos de miles de personas, casas, animales, sueños, esperanzas, y todo por la locura insensata de un criminal aupado al poder de Serbia y de sus acólitos.
Fue una guerra casi en directo, en el patio trasero de Europa, donde los terribles chetniks(francotiradores) serbios mataban a todo aquel que se aventuraba fuera de los refugios: madres que iban al mercado, abuelos en bicicleta, padres acarreando agua.
Y mientras en Europa, mirando para otro lado: juegos olímpicos en Barcelona, Expo en Sevilla, café en París, salchichas en Frankfurt, té en Londres, qué felices somos todos, y a menos de 3 horas de avión un nazi y su ejército acribillando gente. Los dirigentes europeos haciéndose los suecos ante la tragedia hasta que llegaron los yankies y empezaron a meterle torpedos a Milosevic en el culo porque entre los europeos ninguno se atrevía a dar el primer paso.
Un progre europeo dijo una vez que el fascismo planeaba sobre USA, a lo que un americano sensato le respondió:" sí, planea sobre USA, pero siempre aterriza en Europa".
Este es un ejemplo claro de cómo en un país aparentemente civilizado, democrático y desarrollado puede caer en la miseria más absoluta prácticamente de la noche a la mañana; de cómo vecinos se matan entre sí de buenas a primeras, sin saber a ciencia cierta porqué.
Por eso detesto tanto a los nacionalismos, sean del signo que sean: enfrentan a la gente, les exacerban los peores instintos, tergiversan la historia a su conveniencia, convierten en enemigos a los países vecinos y , en una población poco instruida o poco democrática ( de eso algo sabemos los españoles) todo eso combinado forma un coktail peligrosísimo para la convivencia, la paz y la civilización, que, a fin de cuentas, es lo que importa.

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