PECADILLOS

"Abstemio: Persona débil que cae en la tentación de negarse a sí misma un placer." -Ambrose Bierce

"Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces" dice el sabio refranero español, tan amplio que siempre se encuentra un dicho que se ajuste a nuestras necesidades.

Me gusta imaginarme a los líderes de algo detrás del escenario ( del backstage diría un cursi), justo después de lanzar sus proclamas al viento, y cotillear qué hacen, a qué dedican su tiempo libre y qué pecadillos cometen.

Todo esto viene a cuento del Mariscal (por su afición al marisco, no por jerarquía militar)Torrijos, ése camarada de la izquierda sevillana, que no lleva nunca traje de corbata porque es de derechas pero que ha sido fotografiado junto a dos fuentes de marisco tan grandes como antenas parabólicas. A cargo del ciudadano. No es que yo critique que este señor coma marisco, porque es algo que nos gusta a todos, sino que lo paguemos entre todos. ¿Cuántas más mariscadas sin foto se habrá atizado el menda a cuenta de la "casa", que en este caso somos todos los andaluces? qui lo sá, pero tipos como éste son capaces de agotar toda la producción de ostras del Cantábrico. Por eso me gusta imaginarlo dando un mitin, perorando contra el capital, la derechona privilegiada, la lucha de clases, el reparto de la riqueza, blablabla, y, justo al acabar el discurso, apretarse una mariscada entre pecho y espalda de 1500 € a cuenta del pobre currante de doce horas al día para, al acabar la dura jornada, poder siquiera comer una sopa precocinada.

Otros a los que me gustaría espiar en su vida privada son los politicuchos nazinalistas. Sí, ésos que tachan a España de fascista, centralista y censora de sus libertades independentistas. Me imagino a Arzallus, Montilla, Urkullu, Carod Rovira, cuando llegan a casa después de unas declaraciones a la prensa fiel a la causa, y , por ejemplo, ponerse a ver un partido de fútbol de la selección española y saltar de alegría cuando marcamos un gol y acto seguido reprimirse y mirar a todos lados no vaya a ser que les vea alguien; uff, menos mal que sólo me ha visto la asistenta, pensarán, haciendo firme propósito de detener el impulso la próxima vez. Al día siguiente, puesta la careta de independentista otra vez, a lanzar arengas contra lo español, que huele a rancio. Es como los tontos etarras que pillaron con la camiseta de la selección española cuya foto dio vueltas por todos los sitios webs. Porque al final, la cabra tira al monte, y me apuesto lo que sea a que Arzallus por ejemplo, ha llorado en la intimidad con la victoria de la selección en Sudáfrica como Bibianita Se- A-ido con su muñequita que cantaba la Internacional.

Otros que me pirran son los progres de salón en su vertiente antiamericana; es un cajón de sastre (o desastre, según) muy grande donde caben tanto la izquierda, los ecologistas, los hipies antisistema, los anticatólicos y cualquier indigente cultural que sólo lee en la sala de consulta del dentista. Antaño, en mis años de facultad de Biología los había a patadas, con un discurso trasnochado antiamericano y hogaño, anti Bush, anti Tea Party, mientras llevan jeans, beben Coca Cola, se pirran por Brad Pitt o Angelina y acuden al McDonalds dos o tres veces por semana (es que les gusta a los niños, se justifican por haber cedido a la tentación).

Por último están los de la (des)memoria histórica , tan preocupados ellos por sus familiares enterrados. Me refiero sobre todo a los políticos, que sólo se interesan por los muertos de un bando, como si los del otro bando no valieran, haciendo más honda la zanja de la división entre los españoles para que la conciliación no pueda saltarla. Me imagino a esos politicuchos azuzando los rencores, preocupadísimos por nuestros antepasados de la Guerra Civil, gastando dinerales en desenterrar los huesos, diciendo que no se puede olvidar a nuestros antepasados recibiendo la llamada de, por ejemplo, un hermano echándole en cara que lleva meses sin visitar a su padre que se pudre en el asilo, o de que se le ha vuelto a olvidar de pagar la cuota del mismo, o de que si otra vez su secretaria será la que va a comprar el regalo para el Dia de la Madre.