GENTUZA (II)

Donde más la han líado los niñatos de la mani ha sido, como no, en Barcelona. No me sorprende, después de 30 años de alimentar a la bestia con raciones diarias de odio antiespañol, la bestia se ha hecho mayor y no hay quien la domestique; muerde a todo y está contra todos, incluso a sus cuidadores, que han visto estupefactos como la bestia, como un Frankenstein transformado en miles de jóvenes, se ha vuelto ingobernable y puede destruir a sus propios creadores, en una fagocitosis múltiple que puede llegar a ser suicida. Los políticos catalanes se escandalizan de la actitud de los cachorritos, esos remedos de las hordas de Gengis Khan, cuando les reían las gracias si pitaban a la familia real en la final de la Copa del Rey, o cuando miraban para otro lado durante la tradicional quema de banderas españolas cada Diada, o cuando prohiben las corridas de toros porque recuerdan a España pero protegen los correbous porque son catalanes. Ahora se escandalizan, los muy hipócritas, descerebrados e incoscientes. Traen a King Kong de la isla ignota y cuando éste se escapa de la jaula y se pone a destrozar la ciudad, se llevan las manos a la cabeza y le echan la culpa al taquillero del teatro. No te jode. Como el Saura, el jefe de la policía catalana, o mozos de escuadra, que va y le carga el mochuelo a un juez por toda la cara. Que poca clase y caballerosidad.

Recuerdo al folloncico ese que sale en la tele, que se hartaba de reir en un programa de TV cuando le pitaban a los reyes en el partido de una copa que de antemano sabían que era del Rey, haciendo de gamberrete antiespañol con la complicidad de los catalanes y los complejos de los españoles; anda que si le llegan a pitar a la Señera fuera de Cataluña, ¿se habría reído tanto el folloncico o habría mostrado indignación ante los fachas castellanos que no respetan la bandera ni el himno catalán como señas de identidad de un pueblo?. Para colmo, la semana pasada tengo que escuchar a Julia Otero alabarlo por la patochada que realizó el folloncico en Arizona ante el sheriff Arpaio, que dándoselas de valiente fue a entrevistar a un señor que no hace más que cumplir la ley y que es criticado por proveer de ropa interior rosa a los presos. Tenían que haber visto a ese folloncico desafiando al sheriff en un alarde de indigencia cultural (porque no habla ni papa de inglés) y moral, porque intentaba convencer al sheriff de que no cumpliera las leyes que los políticos han impuesto. Desafiando a sabiendas, claro, de que está en un país donde la ley se cumple a rajatabla y de que el sheriff hacia él es inofensivo. Claro, este folloncico está acostumbrado a que en España (incluyendo su idolatrada Cataluña) los políticos hagan lo que le salga de los cojones detrás de las cámaras para delante pasar por ciudadanos honrados, que le sorprendió la franqueza y honestidad del sheriff. No tenía reparo en admitir el sheriff que si un ciudadano no tiene papeles, no puede vivir en USA, ya sea Cantinflas interpretando al Padre Damián. Me gustó mucho la meridiana claridad y el cumplimiento de la ley por parte del sherif, ley mejor o peor pero ley para ser cumplida al fin y al cabo. Y me sorprendió por la falta de costumbre su franqueza, tan habituado a como estamos en España de las mentiras y dobleces de los politicuchos, especialmente cuando tienen un micro en la boca. Pero ahí estaba ese folloncico alardeando de mala educación y malas maneras enseñándole a un yanky lo que es la democracia, que ellos no lo saben y un español sí, joder.Yo soñaba con que su cadena de TV, esa cadena progre donde las haya, lo mandase a Irán a hacer periodismo de investigación y que comprobase si en Irán los presos llevan ropa interior rosa o sencillamente no llevan nada porque han sido decapitados.