My Blog List

Thursday, July 29, 2010

ASCO


Se perpetró el atropello, ganó la sinrazón, triunfó la estulticia sobre la coherencia, la libertad ha sido amputada un poco más aún y yo, personalmente, estoy asqueado.
Sí, me refiero a los toros y a la prohibición de festejar su amansamiento en cualquier plaza de toros catalana.
Ya lo advertí en este mismo cuaderno hace varios meses y, de entre los millones de lectores que me devoran, ninguno se lo creyó.
Los toros me importan un pito y no me trago el cuento de que ha sido usado como ariete antiespañol; seguro que entre los antitaurinos está lleno de antiespañoles (éstos son muy anti-todo y poco pro-todo) pero no creo que ésa sea la principal razón.
Lo que a mi me cabrea del asunto es que las corridas de toros en Cataluña se han prohibido por estulticia, necedad, mendacidad e hipocresía. Todo eso junto. Es el signo de los tiempos, o quizá lo ha sido siempre, especialmente en España. Un país donde los modelos a seguir, los héroes y heroínas son las belénestebán, las anarosasquintanas, los cristianosronaldos y demás arquetipos. Un país en el cual, opiniones de la altura de Pedro Almodóvar o Javier Bardem son consideradas como si fueran la de Ortega y Gasset o Fernando Savater. Donde se lee menos que en cualquier país de Europa y encima, se lleva a gala, pavoneándose de la incultura como si fuera una medalla al valor. Siempre ha habido necios en España, pero antiguamente se ocultaba la necedad lo mejor que se podía con una suerte de vergüenza mezclada con orgullo que les impedía revelar su estulticia.
Por tanto, en mi modesta opinión, han ganado los torpes y, Cataluña y España, son un poco peores aún. Seguramente también, estos torpes se alegrarán de ser más mediocres, mucho más pobres. Como todos los catetos de boina ( o en este caso, de barretina), se alegran de la desgracia del otro aunque eso les perjudique a ellos. La sempiterna historia española, que Goya retrató tan bien pintando a dos españoles dándose de garrotazos con el lodo hasta las trancas.
Qué osada es la ignorancia. No se detiene ante nada ni ante nadie porque no entiende de razones. Sólo de imposiciones, decretos y sectarismos. Defenestran a los toros españoles pero justifican, comprenden a los "correbous" catalanes. La doble vara de medir del sectarismo con la que apalean a los disidentes y amaestran a los acólitos.
Me importan un pimiento la fiesta de los toros. En mi vida me he tragado una corrida, me parece un aburrimiento de aúpa. Pero de ahí a prohibirlos, va un mundo. Esgrimen los sectarios razones pseudo ecologistas de salón, de tortura animal mientras degustan cerdo degollado, pollo hormonado encerrado en una jaula y de postre tarta de atún pescado a la asfixia. Y se quedan tan panchos. Satisfechos de sí mismos, mientras contaminan con el coche que echa humos que te cagas, o van al campo con el quad a vivir la naturaleza o arrojan la colilla, la bolsa de patatas fritas o el pañal del niño en la calle.
Estos son los modernos con los que tenemos que convivir. Peña que no ha cogido un puto libro en su vida, que trabaja para llegar a fin de mes y gastárselo en las nuevas religiones chachis de la muerte como el culto al cuerpo, la marcha o el dinero. Peña que, por un lado, aprueba el aborto a muerte (nunca mejor dicho), en cualquier circunstancia, momento o lugar, y por el otro echa unas lagrimitas de cocodrilo, snif, con carita de circunstancias por un animal como el toro que ha vivido como un rey hasta el día de la corrida y cuyo único fin por el que está entre nosotros es el de ser utilizado en las plazas de toros.
¿Qué será lo próximo?¿Quién será el próximo? quizás tú, querido lector, que ahora mismo te sonríes por dentro ciscándote en mis muertos pero al que mañana le prohibirán fumar, por ejemplo. Entonces no te reirás tanto. Porque ahora le va a tocar el turno al tabaco, sí señor. No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que al tabaco le han puesto la espada de Damocles en el pescue y dentro de poco no se podrá fumar ni en el cuarto de baño de tu casa. Y así con todo. Hasta que todos seamos igualitos, cortados por el mismo patrón, como un rebaño de ovejas dirigidos por el pastor.
En una cosa tienen razón y es en que se empeñan en comparar a las personas con los toros en particular y con los animales en general. Derechos de los animales, dicen, ignorando que el derecho lleva aparejado el deber y que es sólo exigible a las personas. ¿O vamos a sentar a un perro en el banquillo de los acusados por morder a una persona y a meterlo en la cárcel?. Decía que en una cosa tienen razón y es que al comparar a las personas con los animales, se hacen justicia a ellos mismos porque cada vez se parecen más a los asnos.

No comments: