NADADORES

Es muy fácil nadar a favor de la corriente; de hecho, no te hace falta ni siquiera nadar, sólo con dejarte llevar es suficiente. Incluso los muertos "nadan" a favor de la corriente, ya que como no oponen resistencia, son arrastrados aguas abajo junto al resto. De esto se colige que, para nadar contracorriente, hace falta estar vivo y, si la corriente es fuerte, luchar con todas tus fuerzas para si no ganar metros, al menos mantenerte donde estás y no ceder ni un sólo centímetro.

Por supuesto lo fácil es nadar a favor de la corriente. No se exige esfuerzo ninguno, ni físico ni mental, sólo dejarte llevar placenteramente hacia donde te empuje la dirección del agua. Como es lo más fácil, lo más llevadero, es lo que realiza la mayoría de la gente. Lógico. ¿Para qué luchar contra corriente, gastar fuerzas físicas y mentales para en el mejor de los casos avanzar unos metros?.

Esto se puede extrapolar a muchos aspectos de la vida diaria; la mayoría de los ciudadanos (los nadadores) lo hacen a favor de la corriente porque como hemos dicho, son todo ventajas: no requiere esfuerzo, es fácil y es lo que hace la mayoría, por lo que casi todo el mundo se apunta al flujo de nadadores que se deja llevar aguas abajo.

De entre los nadadores a favor de la corriente, los más aventajados, los primeros en llegar son siempre esos que alguien llamó (en buenahora) "progres"; yo ya he confesado en estas páginas más de una vez mi debilidad por ellos. Me pirran, no puedo remediarlo.

¿Que USA condena Cuba y Venezuela por estar gobernadas por dos mandriles con uniforme militar? ahí van los ciudadanos-tarzanes a tirarse raudos al agua para dejarse llevar por la corriente crítica a los yankies. Imperialistas, matones, conmigo no te atreves y todo eso.

¿Que España debe ser un país laico (que de hecho ya lo es desde la llegada de la Constitución)?chapuzón multitudinario de los progres para dejarse arrastrar por la marea, obviando dos mil años de Historia de la noche a la mañana como si hubieran resuelto el problema, más que crear uno nuevo y más gordo.

¿Que un curita maricón ha tocado unos niños y algún obispillo malintencionado lo ha protegido? Ya el marasmo de nadadores es tan miltitudinario que parece una piscina de esas japonesas donde apenas se ve el agua; el clamor no es contra el curita maricón y el obispo encubridor, no, es contra toda la Iglesia católica y sus acólitos, por reaccionarios, fascistas y hasta pederastas.

¿Que Israel es un país democrático, donde se puede elegir la religión que te dé la gana, y que se defiende en un territorio que históricamente ha sido suyo y en unas tierras legítimamente adquiridas mediante escrituras y contratos? eso no importa ante la masa humana que los quiere aniquilar por no ser musulmanes y vivir rodeados de ellos.

Por eso me identifico con José María Aznar; un tipo feo, antipático y hasta borde, pero que aupó a España hasta unos niveles económicos desconocidos, la puso en el mapa geopolítico al lado de las grandes democracias mundiales y nos hizo sentirnos orgullosos de ser españoles cuando por ejemplo echó a los moros de la Isla Perejil. Sí, ya sé que es un islote que no tiene valor económico, pero sí simbólico para la soberanía española y la salvaguarda del honor nacional. Qué anticuado (lo del honor nacional), qué facha, qué imperialista pensará un progre de esos de salón entre copa y copa mientras tiene a la peruana currando todo el día por cuatro perras o por criticar a Aznar por defender el territorio nacional mientras a él nadie le toque un centímetro de su chalé con jardín y piscina.

Ahora Aznar, fiel a su idiosincracia de nadador contracorriente, ha impulsado la creación de un grupo leal a Israel, a su democracia y a sus valores; "Amigos de Israel" se ha dado en llamar la organización que protege al estado de Israel contra las agresiones de sus países vecinos ante la indiferencia occidental. Por supuesto el grupo sólo defiende Israel pero no condena, anatemiza o aisla a los países de su entorno; sólo pretende proteger la existencia de Israel y su derecho a existir como pueblo y nación. No tiene nada en contra de los países musulmanes que lo rodean siempre y cuando éstos respeten a Israel como pueblo y nación.

Pienso que es lo justo, lo necesario y lo mejor para todos: israelíes, musulmanes y occidentales, porque la protección de la soberanía nacional contra los matones de turno es la base para la convivencia pacífica y civilizada entre países.