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Sunday, June 28, 2009

Los niños de los cojones

Todo el que me conoce sabe que soy una persona difícil en el trato, borde y antisocial; también tengo mis virtudes pero no es el momento ni el lugar de mencionarlas.
Que conste que no tengo nada en contra de los niños; al revés , me encantan. Pero sólo si son educados, amables, que saben comportarse y si no, para eso están los padres para reprenderles y afearles su conducta.
Pero este fin de semana los astros se ha juntado de tal manera para mandarme todos los niños maleducados y plastas de la Tierra.
El sábado me fuí a Tarifa y estando tan ricamente con la parienta en la Playa Chica porque hacía poniente se me pone un gordo justo a un metro y planta la sombrilla como una pica en Flandes; era sólo la avanzadilla de un pelotón de maridos, mujeres, adolescentes y una niña de 3 ó 4 años que se pone a escarbar justo al ladito mío.
yo, que estaba leyendo un librito muy interesante, me doy la vuelta y me encuentro la toalla llena de arena. Hala, cojo mis cosas y me voy a otro lado porque por supuesto ellos no se van a mover y yo quería un poco de tranquilidad.
Me muevo 5 metros más cerca de la orilla y, entre el griterío ensordecedor de niños (¿porqué grita tanto un niño?) otro con una palita le echa arena en la cara a la parienta. Èsta dice: "Hala" y la abuela coge al niño y se lo lleva y por supuesto disculparse no pasa por su cabecita. Y mira que era feo el niño el cabrón.
Ya te han dado la tarde. Estás tenso, cabreado, intranquilo...total que decides irte al rato porque si no estás a gusto, para que coño estar en la playa, ¿no?.
Además quien dijo que el índice de natalidad estaba por los suelos? que se dé una vuelta por Tarifa, y verá lo que son niños y niños a punta pala.
Por la noche, ya en San Pedro, nos vamos a tomar un heladito a nuestro acudidero favorito y un auténtico júligan de 5 añitos estaba al lado dándole mamporros a una maquinita de esas que echan pelotitas.
Cuando se cansó, coge una botella de plástico vacía y empieza a tirarla al suelo y a pisotearla como si fuera uva en la época de cosecha. Y una vez y otra, y así durante media hora el cabrón del niño. Roge decía que el niño tenía un toque dado, que era retrasado, y la verdad es que su cara muy normal no era.
Pero lo peor es que los padres no aparecieron en la media hora que estuvimos allí. Estuvimos adivinando en cúal de las mesas podían estar los descerebrados progenitores y no pudimos averigüarlo a ciencia cierta.
Y hoy domingo, ya para rematar, nos vamos otra vez a la playita de aquí del pueblo, con nuestros bocatas y sin grandes pretensiones, y un zagalón ya de 8 ó 10 años a grito pelado al ladito nuestro echándose cubos de agua y diciendo: "agüela, agüela, mira" y así durante horas.
Te juro que me entraron ganas de estrangular al niño y a la madre que la parió, pero me contuve porque está mal visto.
Yo estoy buscando un niño, pero como me salga como uno de estos os juro que me pego un tiro. He dicho.

2 comments:

Daniel Ruiz García said...

Indudablemente, necesitas tener un hijo YA.

Un abrazo,

José Almeida said...

Indudablemente resiste para no soportarlos todos los días... :)

Un saludo